Bueno, no hay mucha participación pero al final lo que esperaba es que estos relatos de matanzas dragoniles no distaran mucho de mis própias experiencias antes de la campaña de Dragones que jugamos.
Básicamente, veíamos a los Dragones como monstruos muy poderosos.
· Con un aliento devastador
· Una fuerza descomunal
· Varios ataques simultáneos potentes (garra+garra+cola+mordisco)
· Una armadura excepcional
· Y su presencia pavorosa.
Desde luego el aliento era su característica más temible. Ver rodar todos aquellos dados, porque el master los tenía en colección de 5 colores de modo que podia hacer danzar sobre la mesa un espectáculo rodante del color apropiado y tan orgulloso estaba que creo que era la única tirada que nos hacía pública, verlos rodar -decía- era saber que varios de los presentes tendrían que empezar fichas esa misma noche.
Aún así, de vez en cuando, matabamos dragones. Sí. Y no siempre pequeños, algún joven-adulto había caído bajo nuestras espadas y conjuros.
Y es que a menudo los encontrabamos en sus guaridas, protegiéndo su fabuloso tesoro lo cual anulaba su capacidad de vuelo. Sólo lo más astutos preparaban algunas trampas tanto mágcas como mecánicas en los accesos a su guarida.Tan confiados estaban de su fuerza que no era extraño encontrarlos dormidos, distraídos o incluso bastante predispuestos a cruzar unas palabras amenazantes con el grupo y perdiendo casi voluntariamente la iniciativa.
También, en alguna ocasión los habíamos encontrado, como Jose, sujetos a la voluntad de algún poderoso mago o conjuro, y lo de "aparecerse" de la nada a causa de estos tampoco era raro en nuestras partidas.
Incluso lo de Dragones cooperando, incluso en especies diferentes, lo habíamos visto más de dos y tres veces (aunque nunca en centenares como jose).
Al final, dabamos a los Dragones el mismo trato que a cualquier otro encuentro de Dungeon, sólo que mucho más poderoso.
Bueno... todo esto cambió el día que reflexionando sobre el tema al grupo se nos ocurrió jugar una campaña en la que los PJ serían dragones... Venía al pelo, eramos 5 jugadores y un DM.
Leímos con detenimiento todo el material oficial de la 2ªEd que teniamos a mano (que no era poco) y luego cada jugador usó la ficha del manual de monstruos de color apropiado como background de personaje.
Los cinco jugadores iniciamos la campaña separadamente, desde la eclosión del huevo en partidas individuales y así seguimos hasta que la situación en cada guarida se tornó insoportable y desencadeno el éxodo obligado tarde o temprano.
El azar (y la voluntad de todos los implicados para que aquello fuese una campaña) hizo que los cinco dragones nos asentáramos en el noroeste de Faerûn, donde hielo, desierto, pantano, bosque y montaña están cerca.
Esa campaña nos abrió los ojos sobre lo que en realidad debe ser un Dragón.
Doble post: [time]1255621713[/time]
Os dejo aquí un resumen que el fruto de esta experiencia, quizá inspire a algún DM a ver a estas criaturas de otro modo.
Partimos de la base que un Dragón es una de las criaturas más Inteligentes, Sabias y Lóngevas que existen. Todo el parecido que un dragón tiene con los reptiles son las escamas y que se reproduce por huevos. Ahí acaban las similitudes a todos los niveles, en realidad por su forma de desenvolverse en el medio tiene más de felino que de reptil. Aunque vuelo a insistir que esta criatura mágica tiene una mente prodigiosa que muy pocos magos y sabios llegan a alcanzar y además no debemos olvidar que pueden cultivarla durante siglos.
Con esto en mente ahí va una lista de breves conceptos que resumen lo que debe ser en realidad un Dragón:
- Un Dragón evitará dar a conocer su existencia hasta alcanzar un tamaño y poder tal que le garantice el dominio absoluto de su territorio. Esto incluye el asegurar que no hay otro Dragón, ni un mago poderoso en él. El Dragón actuará siempre de incógnito a través de agentes (que desconocen la naturaleza de su amo) o empleando la mágia.
- El territorio de un Dragón es enorme. Por ejemplo un Dragón rojo Adulto considerará su territorio todo lo que abarque con su aguda vista desde el punto más alto. Incluyendo las comunidades, ciudades, etc.
- Cualquier área de un continente es territorio de un Dragón. No hay un palmo que no lo sea. Si en una aldea te dicen que jamás ha habido un Dragón simplemente significa que uno o varios Dragones están ocultos en esa área haciendose más fuertes cada día y probablemente luchando entre ellos por el poder y control sobre el territorio sin que nadie lo sepa.
- La ocupación principal de un Dragón es el control de su territorio. Cuando alcanzan la edad adulta ya conocen todo lo que ocurre en su territorio, tienen sus redes de información, normalmente más de una y relacionadas en las zonas sensibles a las novedades como ambulas de mercaderes, varias tabernas, caballerizas y naturalmente el entorno militar y político. Metodos de clarividéncia/escudriñamiento mágicos, personajes clave hechizados o más probablemente convencidos a base de sobornos... naturalmente sin que conozcan la verdadera identidad de su contácto (polimorfismos, ilusiones, etc...)
- Cuando una guarida de Dragón es conocida, es falsa. Incluso cuando el Dragón tiene tal tamaño, poder y calidad de información local que decide revelar su presencia al mundo (a menudo porque este hecho le reporta más oportunidades estratégicas (como la simple extorsión a las poblaciones locales, como la búsqueda de pareja) siempre lo hará con información falsa. Normalmente el Dragón tendrá dos o tres guaridas verdaderas distintas y varias falsas plagadas de conjuros y trampas letales. Algunas serán burdas con huesos en la entrada pestilencias a azufre y todos los tópicos del imaginario popular, otras serán más creíbles al ojo experto pero las auténticas estarán ocultas empleado conjuros de alto nivel de mago, la sabiduría de un erudito y la inteligencia de un genio. De hecho cuando estemos en un lugar donde creamos imposible que pueda vivir un dragón (un prostibulo, una torre de la guardia, un establo...) probablemente, si no estamos ante una auténtica guarida, el dragón local la habrá sopesado como una buena opción.
- Las victimas de un Dragón sólo son conocidas cuando él así lo quiere. Hay varios motivos por los que a un Dragón le pueda interesar, pero esto pasa en muy raras ocasiones (debido a la primera norma) incluso más de una vez, cuando aparece una oveja destrozada y corren rumores de presencia de Dragón entre los lugareños el Dragón local se afana en invocar o traer algún monstruo o bestia para desmentir el rumor.
- El principal enemigo de un Dragón es otro Dragón. La mayoría mueren en el anonimato victimas de otro Dragón ya sea por obra directa o a través de agentes. Por ejemplo, los pocos casos en que un grupo de aventureros tengan auténticas opciones de encontrar una guarida y matar a un Dragón muy probablemente sea a través del dinero e influencia de un Dragón rival que ha montado la campaña.
Estos son algunos puntos que se me ocurren ahora, ya añadiré lo que pueda faltar. Pero un ejercicio que os puede poner en sintonia es el siguiente.
Pensad en un PJ con Inteligencia 22 y Sabiduría 19 y varios niveles de lanzador de conjuros que ha vivido varios siglos... Estaréis más cerca de lo que debería ser un Dragón que pensando en su tamaño, fuerza o arma de aliento.